Escrito firmado por todos los Directores de las Unidades de Gestión Clínica dirigido al Director Gerente del H.U. Virgen de Macarena ante los recortes anunciados


SR DIRECTOR GERENTE DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO VIRGEN MACARENA Y ÁREA

Los Directores de Unidades de Gestión Clínica del Hospital Universitario Virgen Macarena, deciden de forma unánime redactar este escrito para ponerlo en conocimiento de la Dirección Gerencia de este Hospital y para que lo recogido en él se traslade a la Consejería de Salud y a la Dirección Gerencia del SAS.

Consideramos que no se puede continuar planteando los ajustes presupuestarios a costa de recortar una y otra vez los sueldos de los profesionales de la Sanidad Pública Andaluza. Recordamos que desde el año 2009 se congelaron los salarios, con una reducción en estos años del 1,5% por año lo que supone un 4,5% de reducción. En el año 2011 hemos sufrido un recorte de hasta un 7%, además de una drástica reducción en las pagas extras. En el año 2012 se nos ha subido el IRPF en 2 puntos y ahora se pretende recortar en nuestra comunidad un 10 % en la mayor parte de los complementos ( haciendo la reflexión de que esto incide de una forma muy especial en el colectivo de la sanidad pública, ya que en algunos casos pueden llegar los complementos y la jornada complementaria a representar hasta 2/3 del total de sus sueldos) y además se anuncia un mayor recorte en las pagas extraordinarias, con la eliminación de los complementos adicionales en éstas.

En el caso de los sustitutos y eventuales la perspectiva es dramática, porque se pretende además rebajar su jornada en un 15% lo que significa una reducción en el sueldo de un 15%. No nos parece conveniente aplicar una medida como esta que crea asimetrías entre los profesionales de una unidad y desmotiva a los profesionales más jóvenes de los que depende en gran parte la eficiencia de las unidades.

Todo esto hace que los recortes previos mas los recortes previstos supongan entre un 21 y un 30% de recorte de nuestros sueldos. Estos recortes ponen a muchos profesionales en una situación económica crítica, creando gran crispación e inquietud muy difícil de controlar.

Esperamos que estos recortes se retiren o al menos que se reduzcan para que el impacto no sea tan brutal.

En colectivos como el nuestro, en los que generalmente la jornada excede de las 149 horas mensuales en cómputo semestral, la aplicación del aumento de la jornada debe dar flexibilidad a la Dirección Gerencia y a los responsables para que su aplicación se adapte a las peculiaridades de cada Unidad.

La decisión repentina de no pagar el CRP en la nómina complementaría de abril a cobrar a finales de este mes de mayo de 2012, ha incendiado nuestras Unidades. Nadie puede entender que esta retribución que representa el reconocimiento al trabajo bien hecho y al alto cumplimiento de objetivos obtenido en el 2011, que han propiciado el mejor cierre de Contrato Programa de este Hospital en los últimos años, no se abone como estaba acordado y que se pretenda comenzar a pagar a partir de la complementaría de junio, a cobrar a finales de julio y en plazos de 6 meses. Esto es muy difícil de asumir. Esta retribución, que se nos ha asegurado hasta hace 2 días que se recibiría en el plazo previsto, era esperada por los profesionales para poder paliar en algo su ya diezmada situación económica. Una decisión como ésta echa por tierra gran parte del trabajo que nuestra organización ha empleado en crear una cultura de trabajar por objetivos, en aumentar la calidad de la asistencia y en la concienciación de la racionalización de los recursos.

La consecuencia de esta medida es una pérdida de credibilidad de la organización y la desalineación de los profesionales con el modelo de gestión y sus objetivos. Intentar cerrar objetivos individuales con los profesionales en 2 días ha pasado a ser misión imposible y no hablemos de cerrar el GPDI.

Nuestra Consejería ha considerado una línea estratégica la potenciación de la Gestión Clínica y estamos convencidos de que en momentos difíciles como los actuales hay que potenciar esta línea. Parte de esa optimización pasa por eliminar las montañas de burocracia que están aplastando la gestión y la actividad clínica. Una verdadera descentralización de decisiones a las UGC con contenido real es algo que todos estamos deseando y que nunca llega.

Con estas medidas se va a certificar definitivamente el fin del compromiso de la mayoría de los profesionales con la organización (que no con el paciente), y podemos estar seguros de que no hay nada más ineficiente que un trabajador enfrentado con la organización para la que trabaja.

Las renovaciones de profesionales eventuales se está realizando de 2 en 2 meses, se trata de profesionales que llevan muchos años trabajando en las distintas Unidades y esto crea una sensación de inestabilidad entre este colectivo, dificulta la planificación del trabajo y hace muy difícil en estos momentos el desarrollo de un plan de vacaciones. Pedimos que los contratos sean más prolongados, lo lógico es que se vuelvan a hacer contratos anuales y como mínimo que la renovación seacada seis meses.

Pedimos a nuestra Consejería que se potencie la participación de los profesionales y que se cuente con su experiencia para desarrollar nuevas líneas encaminadas al control del gasto. Consideramos muy importante que los responsables estén adecuadamente informados para poder realizar junto con las Gerencias de los Centros estrategias que aminoren el impacto de futuras medidas.

Estamos convencidos de que no podemos recortar la cartera de servicio, la accesibilidad de los ciudadanos, ni la calidad de la asistencia que prestamos, por esto pensamos que sería necesario un análisis exhaustivo de la viabilidad y de la rentabilidad de algunas empresas públicas. Si la apuesta prioritaria de la Consejería es mantener la calidad de la asistencia sanitaria de la población, hay otras entidades públicas cuyo mantenimiento en esta época de penuria económica es más que discutible, como la EASP (habiendo en España una Escuela Nacional de Sanidad y solo una en el Reino Unido), la Agencia de Evaluación de Nuevas Tecnologías (una en España y una en EEUU y Reino Unido), la ACSA (una sola en EEUU), y otras instituciones como IAVANTE, Observatorio del Paciente, etc. Llegado el momento de priorizar debieran pasar a un segundo plano a favor de la sostenibilidad del sistema sanitario público andaluz que como todos sabemos asienta sobre las personas que lo integran, es decir, los profesionales. Ninguna organización puede avanzar sin contar con los profesionales que la integran.

Estamos dispuestos a colaborar, esperamos que se tengan en cuenta nuestras sugerencias y que se consigan cambiar las medidas que están propuestas en la actualidad.

Sevilla, 25 de mayo de 2012